Cumple tus Propósitos del 2023 - Por Maite Moyá

Dec 15, 2022
Motivación, Liderazgo, Éxito, Proposito

Se acerca el 2023, nuestro instinto como seres humanos buscamos hacer una introspección sobre el año que se está acabando y proponernos nuevos objetivos para cumplir en los siguientes 12 meses.

Establecernos metas es una de las maneras en que podemos administrar los dones que el universo nos ha dado.

Mantenerse motivado para cumplir cada una de las metas propuestas no siempre es tan fácil, ya que nos enfocamos más en la intención que en el objetivo en sí, y cuando no contamos con las herramientas necesarias, nos frustramos.

Hay 3 tipos de objetivos fundamentales:

1. Objetivos con propósitos

2. Objetivos necesarios

3. Objetivos de fundamento subjetivo

El objetivo con propósito es el que de verdad vale la pena pasar por cualquier adversidad, es el objetivo que nos mueve y que realmente queremos realizar a toda costa.

El segundo objetivo, objetivo necesario, es al que llegamos al cumplir con nuestro propósito, siguiendo los pasos que necesitamos para combinar y complementar nuestra visión de la meta.

El tercero, el objetivo de fundamento subjetivo, son aquellos que rellenan cada área de nuestra vida: financiera, familiar, social, salud espiritual e intelectual, profesional. Todas las áreas son necesarias cuando nos ponemos objetivos, a veces no los vemos como fundamentales, pero son necesarios, ya que forman parte de nuestra identidad y sin el cumplimiento de ellos no estamos completos.

Cuando tenemos que hacer una tarea, primero debemos estudiar o si para terminar un proyecto debemos cambiar un hábito, no siempre somos capaces de disciplinarnos y empezamos a darle vueltas, por ello lo primero es distinguir qué tipo de objetivo es con el que estamos trabajando: ¿Cuál es el concepto del objetivo con sentido? ¿Cuál es el concepto de un objetivo necesario? Y ¿cuál es el concepto de un objetivo de fundamento?

Cuando esto lo tenemos claro, debemos empezar a trabajar desde el interior con los objetivos con propósitos. Estos se trabajan con reflexión, emoción e intuición y a partir de ahí se diseña toda la parte técnica.

Los objetivos necesarios necesitan técnica y conocimiento, y los objetivos de fundamento, muchas veces, no tenemos ni qué pensar en ellos porque forman parte de ese ciclo.

Es más, es importante crear hábitos para que así pueda influir de manera automática si somos conscientes de los tres tipos de objetivos y podemos cumplir el ciclo cuando los objetivos no tienen sentido. Al no tener sentido un propósito, sentimos un vacío existencial que podemos llenar con deseos externos y rápidos, como las compras, el juego o cualquier tipo de adicción como comida rápida; ese consumo rápido de energía de manera rápida y es fácil darte cuenta de cuando no hay ese propósito en tus objetivos.

Cuando hay propósito, el tiempo pasa tan rápido que no te das cuenta de que es capaz de saltar cualquier tipo de obstáculo. Cuando los objetivos sean necesarios puede ser que los cuestiones, pero cuando reflexiones y creas una visión a largo te das cuenta de que formaban parte del todo los objetivos de fundamento, aquellos que si o si te ponen las metas que tienes que hacer y terminar. Simplemente, son necesarios, no se piensan o no se les tiene disciplina.

El triángulo perfecto de los objetivos llega a su máxima conexión que es darnos el poder para tomar las decisiones adecuadas y aprender de aquellas en las que creamos, la práctica de la perseverancia es la que nos ayuda llevará a llegar a los objetivos con propósito y esos objetivos con propósitos ayudados por la disciplina y la perseverancia son los que contagian a nuestros equipos, nuestras familias, a las personas que tenemos a nuestro alrededor.

Esos objetivos con propósito no solamente cumplen un objetivo para nosotros pues se convierte en energía que se contagia a los demás y que puede hacer cambiar el curso de las cosas, no es fácil diseñar un objetivo, parece algo sencillo, pero es muy fácil caer en lo genérico y perder el enfoque o incluso, quedarte con el objetivo de otro, porque es el que mejor te suena, pero no es el que resuena en ti.

Así que cuando vayas a diseñar tus objetivos crea un plan de acción y tómate tu tiempo:

  • Utiliza por lo menos 30 minutos para diseñar tus objetivos 
  • Darle el lugar que le corresponde a tu propósito, a los objetivos necesarios y a los objetivos de fundamento.
  • Si reflexiones con calma y lo haces de manera clara, concreta, sencilla, enfocada y que puedes repetir como un mantra en tu mente o puedes compartir con otros en poco tiempo, toda tu mente estará enfocada en lograrlos.

Los que logran sus objetivos comparten rasgos interesantes, según la primera mujer británica en escalar el Everest, Rebecca Stephen, como: sentido de claridad y propósito, pasión, proactividad y entienden el valor de las personas.

El deseo de ser mejor es un factor común entre los seres humanos, pero según un estudio de la Universidad de Scranton, en Pennsylvania y el Instituto de Investigaciones Statistic Brain, respecto a las personas que se plantean propósitos, solo el 8% logran cumplirlos.

La motivación y la sensación placentera que sentimos tras haber logrado un objetivo es lo que nos hace avanzar. Cuando logramos un objetivo nos sentimos bien, llenos de energía, con vitalidad y nos sentimos vivos. Tu mejor barómetro es la sensación de autoeficacia de avanzar.

Al lograr nuestro objetivo no solo se obtiene un logro y se siente orgullo, también se adquieren un sin número de aprendizajes.